Juan Acuña
El primero propuesto por la Iglesia Católica y el segundo un acomodo al primero, propuesto por el empresario Sebastián Piñera, para subirse al carro ÉTICO y desde ahí cuidar los intereses empresariales.
Si bien es cierto, la idea original busca al menos atenuar las graves dificultades que tienen los trabajadores chilenos para lograr el sustento o mejor dicho la subsistencia de la familia, no estoy de acuerdo con tener que apelar a la “ética” como una forma de tocar la conciencia de los empleadotes. Sin duda el pronunciamiento de la Iglesia, tan criticado por la derecha, tiene como objetivo sensibilizar al empresariado utilizando el termino “ético”.
Pero, ¿que es la ética?, según la etimología y la historia semántica nos señalan que ethos alude al comportamiento de los individuos que pueda ser derivado de su propio carácter y si es así, nuevamente perdemos los trabajadores, ¿o no? ¿Cual es el carácter de los empresarios chilenos? Es decir cuales son sus características, ¿Tiene históricamente apego a la justicia social? ¿Es la equidad un principio moral que guíe su actividad? ¿Han dado muestras de buscar el progreso del país? ¿o le dan prioridad al enriquecimiento personal?. Desde mi humilde punto de vista, un completo desacierto hacer un llamado a la ética empresarial chilena.
No estoy en contra de las riquezas personales (empresariales) por grandes que sean, muy por el contrario soy un convencido que mientras esta sea fruto del trabajo honesto, habiendo compartido equitativamente las utilidades con todos quienes trabajaron en el proceso, bienvenida sea la riqueza y legitimo es poseerla.
Pero, si es fruto de la especulación financiera que solo es posible cuando se hace uso de información privilegiada (tipificada como práctica ilegal) y unos cuantos contactos personales, para comprar empresas ya formadas, atomizarlas, venderlas junto al sistemático abuso que se comete con los trabajadores, nadie puede estar de acuerdo. (horarios inhumanamente extendidos, aportes de fondos de pensión menores a los que corresponden, bajos sueldos, subcontrataciones disfrazadas, prácticas antisindicales, etc.)
Las capacidades del trabajador, la necesidad que el empresario tenga del aporte que este pueda hacer, la distribución equitativa y proporcional de las utilidades de las empresas, entre otras, deben ser la base del sueldo de cada trabajador.
Aún cuando desconozco la proposición del Sr. Sebastián Piñera, el solo nombre me hace dudar de sus supuestas bondades y con razonables fundamentos.
Para cuestionar el “sueldo familiar ético” no hay que ser adivino ni brujo, menos economista. Este invento, como su nombre lo señala, seguramente será la cantidad de dinero que a juicio del empresario, sus similares y seguidores, debe tener como ingreso mínimo mensual, la familia chilena promedio.
Preguntas:
¿Será que el sueldo familiar ético estará compuesto por la suma de todos los ingresos que aporten los trabajadores de una familia?
¿Se sumarán también a este sueldo familiar los subsidios estatales, becas de estudio y/o cualquier otro beneficio al que puedan optar los trabajadores?
¿Cómo se calculará el “sueldo familiar ético” en familias que tienen distinto número de trabajadores pero igual número de componentes del grupo familiar?
¿Qué pasará cuándo, con mucha suerte todos los integrantes de la familia sean trabajadores?
¿Y a la inversa cuando solo sea uno el trabajador que sustenta la familia?
¿Cuanto es lo que un trabajador debe ganar como ingreso mínimo para aportar al “sueldo familiar ético”?
Finalmente, ¿Qué ocurrirá con un hijo que este aportando sus ingresos al “sueldo familiar ético” cuando, él quiera formar una nueva familia?
Todas estas interrogantes me recuerdan los sistemas políticos retrógrados de las ex-sociedades de la orbita marxista, sería muy raro que el Sr. Piñera postule algo semejante.
Aún cuando también sería comprensible una posición semejante como formula de concentrar el poder económico y político.
La verdad no entiendo como se podrían conjugar democrática y equitativamente todas estas variables para que pueda funcionar esta rebuscada propuesta, sin que ello signifique aumentar aún más las diferencias de nuestra sociedad.
Cada chileno, obrero, empleado o profesional trabaja por un ingreso justo y este debe ser la exacta compensación a su aporte, y no por una fracción del “sueldo familiar ético”.
Señor Piñera, su idea de regular los ingresos familiares donde las variables son infinitas, no tiene asidero racional posible, las familias son grupos de personas unidas por lazos de amor y afectos responsables, no por conseguir un “sueldo familiar ético”, extraña forma de proteger los privilegios empresariales.
7/10/07
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Este movimiento me llena de esperanzas... estamos reuniéndonos gente que algo trata de pensar "las cosas mismas". Y en este caso es brillante la manera que expones un asunto que debo reconocer me pasó desapercibido.
Estoy absolutamente de acuerdo cuando expresas lo insuficiente que es el recurrir a la ética para regular la conciencia de los empleadores. No quiero pensar que acaso halla sido a propósito este llamado y que buscara efectivamente como resultado lo que tú planteas como preguntas.
Así que pensaré que es insuficiente la ética, por que en su origen, la palabra es griega, por ende, si queremos realmente aproximarnos a lo qué significa, debemos necesariamente vincularla, tal como dices, al carácter del ser humano, pero sin perder a la vista que es una palabra griega... por ende se era ético por así decirlo en esa época cuando se actuaba según la virtud, lo que inevitablemente acarreaba una serie de acciones enmarcadas en la justicia, el bien común y el conocimiento. Estas condiciones fueron las que dieron origen a la democracia en Atenas.
¿Están nuestras autoridades en dicha esfera?
De ningún modo, si así fuera, esta frase sería una realidad:
"Cada chileno, obrero, empleado o profesional trabaja por un ingreso justo y este debe ser la exacta compensación a su aporte, y no por una fracción del “sueldo familiar ético”."
Creo que es un interesante tema para debatir. Sobretodo si de lo que se trata es de formar un Partido. Este debe regularse, quiérase o no, por un marco ético. Por lo pronto, tenemos el Amor a Chile. Pero esto implica mucho, entre otras cosas, la frase que te copio textual más arriba.
¿Estaremos a la altura?
Publicar un comentario